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Las batallas de gallos: de jugarse la vida en la calle a actuar en grandes estadios
Para bien y para mal, en América Latina la vida empleza y acaba en el meollo de la calle, allí donde se pierden las grandes avenidas y comienza el barrio, comienza la tribu. América Latina es calor, música, mestizaje, y en la inmensidad de tanto continente es también miseria, anhelos de arrabal, miles de jóvenes en el filo de todos los peligros. Pero como siempre, en las trincheras, siempre hay un pequefio rincón para la poesia. Ahí está el rap, que en su versión más pura y más honesta ni siquiera se aprende los versos; los improvisa.
Este es el origen de las batallas de gallos; auténticos duelos donde los contrincantes se enfrentan cara a cara en un combate de rimas a destajo, sin ley ni partituras, donde buscan humillar al adversario. Versando, hilando, parafraseando, chuleando, contestando, rematando. Estas peleas — que nacieron como balazos de protesta callejera, de rabia adolescente, de literatura de guerrilla — hoy soy un auténtico fenómeno de masas que esta noche convocará a miles de aficionados en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
“Claro que estuve cerca de la violencia, pero la música me salvó”. Dice Camilo Ballesteros, de 25 afios, uno de los 36 finalistas. “Fxiste una frontera invisible, sobre todo para los jóvenes. Y si la cruzas, siempre está la posibilidad de que te metan un balazo”.
— ¿La improvisación también se prepara?
— “Por supuesto. Yo estoy constantemente memorizando cosas. Hago crucigramas, sopas de letras, leo periódicos, tuits, posts... Y, sobre todo, no pierdo la práctica de rapear.”
La batalla de esta noche tiene, sm embargo, una peculiaridad. Todos los duelistas competirán por parejas, formadas cada una por raperos de países distintos. De ahí el subtítulo de esta gran final: 2 versus 2. “Fuera de Espafia, estos chavales son auténticas estrellas que viajan por distintos países de habla hispana, que hacen giras, que tienen patrocínios con Adidas, con Red Bull...”, explica Beni Melero, director de la empresa promotora del evento.
Teorema, otro de los duelistas, es un chileno de 23 afios que vivió en un ambiente lleno de influencias artísticas. “Mi madre fue gestora cultural y siempre estuve nutrido de rock, de folclore...”, recuerda. “La droga estaba ahí porque existia, porque la veía. Per yo no me dejé absorber porque mi familia me cuidó. Yo no he sido tanto un rapero de la calle, sino de la cultura”. Hoy tiene 1,3 millones de seguidores en Instagram, y un grupo de chavales esperan a la puerta del hotel de Madrid donde se aloja para hacerse una foto con él.
Aunque este rap de estilo libre nació en el Nueva York de los 80 — al abrigo del hip hop que se cocinaba en las aceras del Bronx — ha sido en los países de habla hispana donde ha explotado como un fenómeno que sigue sin tocar techo.
De los 36 participantes, 35 son chicos. Marthea, colombiana de 24 afios, será la única mujer que se suba al escenario. Se sabe una de las mejores del mundo y no le intimida batallar en un mundo dominado por hombres. “Descubri el freestyle en vídeos de Youtube y me impactó la velocidad con la que rapeaban, el ritmo, todo”, recuerda. “Empecé a practicar con un amigo en el colegio, y pronto se fueron uniendo más compafieros. Hacíamos batallas en el patio o incluso por Whatsapp, al llegar a casa. Uno escribia un mensaje y el otro respondia”.
—¿ Ya entonces notabas que eras superior al resto?
—Si, supongo que tenía algo. Fl talento existe, pero si no lo entrenas...
Y atención. Como los deportistas de élite, para curtir ese algo Marithea cuenta con un entrenador personal con el que trabaja tres días por semana, dos horas cada día. Imposible no preguntarle por el machismo en un ambiente que se alimenta de la ley de la calle. “El machismo está en todas las esferas de la sociedad, no tiene por qué estar más acusado en el rap o porque este mercado sea fuerte en América Latina”, responde. “; Que si usan mi condición de mujer para responderme en las batallas? Es un recurso tan válido como cualquier otro. No hay que olvidar que las batallas son un combate fictício.”
Internet: www.elmundo.es/ (con adaptaciones).
La batalla de gallos descrita en el texto es