T E X T O
Los neandertales respiraban de modo diferente
Judith de Jorge
El Homo sapiens, la especie a la que
pertenecemos, coexistió durante miles de
años en Europa y Asia con otra también
inteligente y sofisticada. Eran
[5] los neandertales, de cuyo genoma todos,
excepto los africanos, llevamos una
pequeña parte como herencia. Estos
parientes, que desaparecieron hace unos
40.000 años por causas aún desconocidas,
[10] son los más cercanos que jamás hayamos
tenido. Muy parecidos sí, pero también
distintos. Su aspecto morfológico variaba
del de cualquiera de nosotros y,
probablemente, si uno de ellos apareciera
[15] sentado en un vagón del metro no pasaría
desapercibido para el resto de los viajeros.
Eran robustos, fuertes, achaparrados... Su
frente estaba inclinada hacia atrás y tenían
grandes arcos supraorbitarios y una nariz
[20] exageradamente grande y ancha.
Ahora, un equipo de investigadores liderado
por Asier Gómez-Olivencia, investigador
Ikerbasque en la Universidad del País Vasco
(UPV/EHU) y Ella Been, del Ono Academic
[25] College de Tel Aviv, ha descubierto
importantes diferencias anatómicas que
distinguían a los neandertales. Gracias a la
detallada reconstrucción virtual de la caja
torácica más completa de uno de los suyos
[30] desenterrada hasta la fecha, los científicos
han concluido que respiraban de forma
diferente a la nuestra, con mayor
intervención del diafragma, y que su
capacidad pulmonar era superior.
[35] Además, el estudio echa por tierra el mito
del neandertal cheposo y encorvado: su
columna vertebral era más recta y estable,
por lo que caminaban más erguidos que
nosotros. Las conclusiones, fruto de un
[40] trabajo de más de diez años, aparecen
publicadas este martes en la prestigiosa
revista “Nature Communications”.
Para crear su modelo de tórax 3D, los
investigadores analizaron el esqueleto de
[45] un joven individuo llamado Kebara 2,
descubierto en Monte Carmelo (Israel) y
guardado actualmente en la Universidad de
Tel Aviv. También conocido como Moisés,
murió hace aproximadamente 60.000 años.
[50] Los restos no conservan el cráneo, que
quizás fue retirado como consecuencia de
un ritual funerario. En cambio, preservan
todas las vértebras y las costillas, así como
otras regiones anatómicas frágiles como la
[55] pelvis o el hueso hioides (situado en el
cuello, donde se insertan algunos de los
músculos de la lengua).
Tras su meticulosa reconstrucción, para la
que escanearon cada una de las vértebras y
[60] todos los fragmentos de costillas, los
investigadores pudieron confirmar las
llamativas diferencias entre el tórax
neandertal y el de un humano moderno. “Es
más ancho en la parte inferior, lo que está
[65] relacionado con una pelvis también más
ancha, y la posición de la columna
vertebral, muy metida dentro del tórax,
indica que es más estable”, explica Gómez-
Olivencia a ABC. Es decir, aunque la
[70] diferencia no era muy grande, caminaban
más rectos que nosotros. Algunos
investigadores creen que daban pasos más
cortos y que la manera en la que se movían
pudo suponer una ventaja en los terrenos
abruptos.
Periódico ABC – España
La palabra “martes” (línea 41) está empleada como un día de la semana, que en portugués corresponde a