MELANIA, EL ENIGMA DE LA CASA BLANCA
La esposa de Donald Trump ha resultado ser una incógnita: ¿es una primera dama florero o es la mujer más poderosa del mundo?
“La primera dama”, escribía Gabriela Wiener en The New York Times, “es un papel en blanco sobre el que estamos proyectando nuestras pesadillas. Todos esperan convertirla en su instrumento: mientras su marido parece usarla como un trofeo, los enemigos de Trump la quieren de arma arrojadiza, e incluso desde el feminismo la hemos usado como símbolo de un estado de cosas, minimizando o exacerbando las circunstancias de su drama particular, en caso de que sea efectivamente un drama”. El supuesto drama adquirió categoría de etiqueta cuando las redes sociales alumbraron el hashtag #FreeMelania, sobrentendiéndose que estaba secuestrada por su marido. Y llegándole a implorar, las redes, de broma, que pestañeara dos veces para comunicar en clave si se encontraba en verdadero peligro. Es una exageración del papel sumiso y una prueba de las dificultades que implica conocer a Melania fuera del estereotipo de la mujer objeto o lejos de un retrato mordaz que la convierte en geisha de Trump y en enfermera de su jubilación. Puede que Melania sea lo que parece. Y puede, en cambio, que parezca lo que no es. Y que acaso sea la mujer más poderosa del planeta: “Tengo dos hijos. Mi chico pequeño es Barron. Y mi chico grande es Donald”. No le ayuda la tarea descomunal de sustituir a Michelle Obama. Es la contrafigura absoluta.
AMÓN, Rubén. Melania, el enigma de la Casa Blanca. Disponível em: <http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/15/actualidad/1489580286_642768.html>. Acesso em: 16 mar. 2017. (Adaptado).
El segundo párrafo aborda las ambigüedades e incertidumbres que hay alrededor de la figura de “Melania”. Para el autor del artículo del texto es muy significativo que ella haya declarado que