TEXTO
Lo de siempre, por favor
(Piolo Juvera)
Aparecí ahí por cuarta vez en las últimas tres
semanas. Él me vio llegar. Cruzamos una mirada cómplice.
Se acercó sonriente. Estreché su cara hacia a mí pero el
cuerpo ya encaminado a traer la mercancía, me preguntó:
[5] “¿repetimos la misma dosis?”.
Sonreí satisfecho. Ocurrió demasiado pronto esta vez.
“Sí, Carlos, por favor, misma dosis”, respondí
entusiasmado. Me puse cómodo. Traté de analizar cómo
era que aquello se lograba a veces y a veces no, y por qué
[10] me emocionaba tanto.
Entonces volvió Carlos con ‘la dosis’: un expreso
doble largo y un agua mineral en un vaso old fashion
retacado de hielo y con dos rodajas de limón. Así,
oficialmente, aquel se volvió mi lugar de los viernes por la
[15] tarde, previo a impartir mi nueva clase. Conseguí tener una
vez más, en tiempo record para mí, un “lo de siempre” en
un lugar de mi agrado. La satisfacción es difícil de explicar.
Lo intentaré.
Consumir siempre lo mismo en un sitio podría hacerte
[20] parecer predecible, inmutable, rutinario, aburrido (y quizá
sí lo sea). Pero resulta que esas clases que doy son de
Improvisación teatral, un arte que también ejerzo sobre el
escenario. Consiste en representar historias, canciones,
escenas, poemas, sketches, obras completas y demás, que
[25] no han sido escritas, planeadas o acordadas previamente.
Se trata de inventarlas al momento, a partir de sugerencias
del público, que aun así sean coherentes, interesantes,
entretenidas.
Para mi labor escénica y docente la novedad es un
[30] asunto de vida y muerte. Lo impredecible, sorpresivo y
espontáneo es la materia prima irremplazable. El aquí y
ahora es el único espacio-tiempo existente, y cada ‘aquí y
ahora’ debe ser distinto del anterior y del siguiente para que
la Improvisación teatral resulte exitosa.
[35] Además, llevo casi dos décadas trabajando por mi
cuenta. La quincena me suena a leyenda urbana y, en
diciembre, para mí es tan probable la llegada del aguinaldo
como la del Santa Claus. Por si fuera poco, registro más de
10 mudanzas en la misma cantidad de años.
[40] Ante tal impermanencia y abuso de la máxima “la
única constante es el cambio”, tener ‘lo-de-siempre’
(varios, de hecho) es contar con anclas tranquilizantes en
esta agitada vida de alta mar; pequeños remansos
rutinarios, abrevaderos de cotidianidad que savalguardan la
[45] identidad. Cuando se vive inmerso (ahogándose, a veces)
en crisis existenciales, cuestionamientos sobre la misión de
vida, el verdadero propósito o los caminos laboral y
sentimental adecuados, cuando constantemente se duda de
todo, comenzando por uno mismo, es un alivio tener un par
[50] de cosas escritas sobre piedra, puertos citadinos en los que
algunos casi conocidos te recuerden ‘esto te gusta’,
te recuerden ‘este eres TÚ’. Te recuerden, punto.
Ahora mismo, no exagero, tengo más de cinco sitios
donde pido “lo de siempre” o, mejor aún, donde ya ni es
[55] necesario pedirlo para que me lo traigan. Esos ‘lo-de-
siempre’ varían según el lugar y la hora. Lo que no cambia
es la amable tibieza que siento cada vez que se pone en
marcha: una breve sensación de hogar sustituto.
No sé bien cómo se logra establecer estos ‘lo-de-
[60] siempre’, pero tengo nociones: la repetición y constancia
son clave, por supuesto, y es importante el contacto visual,
el saludo afable, llamar a la gente por su nombre y hacer un
poco de small talk (charla corta) cada vez, apenas lo
necesario en mi caso, pues normalmente voy a esos sitios a
[65] trabajar y me resultaría contraproducente que aquello se
volviera long talk y la sensación fuera de hogar, sí, pero de
esos hogares ruidosos e intrusivos que roban concentración
para, por ejemplo, escribir este texto, oh, alado y habitual
lector y no pudieras revolotear rutinariamente por esta gran
[70] revista hasta llegar a la página final y encontrar mi columna
Aletrear... lo de siempre, pues.
Revista enviva, revista de la compañía aérea mexicana VivaAerobus, n° 9, diciembre 2018, Baja Sur, México, p. 72.
De acuerdo con los aspectos gramaticales de la lengua española, señale lo que está correcto.
01) El numeral ordinal “doble” (línea 12) se refiere al numeral fraccionario “dos” (líneas 13 y 35).
02) Son sustantivos masculinos plurales “dosis” (líneas 5 y 11), “crisis” (línea 46) y “caminos” (línea 47).
04) Las expresiones nominales “un agua” (línea 12) y “un arte” (línea 22) se forman de un artículo indefinido seguido de un sustantivo masculino singular.
08) El sustantivo femenino “novedad” (línea 29) se deriva del adjetivo femenino singular “nueva” (línea 15).
16) “Esos” (línea 55) y “esas” (línea 21) se clasifican como demostrativo plural, masculino y femenino, respectivamente.