Questões de Espanhol - Producción escrita - Ortografia
TEXTO
MI HIPÓTESIS ES LA SIGUIENTE:
(1) “Te amo” es una sensación desapegada del amor como forma de vincularse. Una sensación como “tengo hambre” o “me gustan tus cortinas”. Es algo instantáneo, que brota. Un exabrupto de emoción que te puede generar cualquiera en cualquier contexto. Algo que se te genera cuando un otro hace, dice, o es algo incluso cuando se puede autogenerar.
(2) “Te amo” es espontáneo, algo que nos invade y nos supera. Me hiciste reír, te amo. Te dejé cruzar, sonreíste dándome las gracias mientras te daba un rayo de sol en la cara, te amo. Pusiste un limón de yapa en las compras de la verdulería, te amo. Hiciste sonar el tema que quería escuchar en el momento justo, te amo.
(3) No fui a ese lugar por compromiso y dormí una siesta, me amo. Los ejemplos abundan.
(4) Insisto, decir “te amo” es del orden de lo sensitivo, no de lo vincular. Decir “te amo” comunica una sensación muy puntual, coyuntural y posiblemente efímera. No proyecta un tipo de vínculo, no promueve relaciones, ni siquiera necesariamente las profundiza.
(5) Puede nacer hacia y por un desconocido o con el amor de tu vida. Porque, claro, a veces acompaña a un vínculo amoroso profundo, pero seamos sinceros: ¿no sienten la diferencia entre el te amo que se parece a un “hasta mañana” y el te amo que se expresa en todo tu cuerpo?
SCOTTI, Lucía Uncal. Mi hipótesis es la siguiente. La Plata, 8 de abril de 2019. Disponible en: https://www.facebook.com/luciauncal. Acceso en: 23 octubre 2019 (adaptado).
En el trecho: “Es algo instantáneo, que brota. Un exabrupto de emoción que te puede generar cualquiera en cualquier contexto. Algo que se te genera cuando un otro hace, dice, o es algo incluso cuando se puede autogenerar” (1º párrafo), los términos subrayados en negrito hacen referencia a la expresión
¿Sueñan de forma diferente hombres y mujeres?
Se podría decir que sí, al menos a tenor de dos recientes investigaciones. Los resultados de la primera de ellas, llevada a cabo en la Facultad de Medicina de Mannheim, en Alemania, indican que aunque las mujeres sueñan cada vez más con el trabajo – el doble que hace cincuenta años –, no sienten tanto estrés onírico como los hombres, los cuales sufren recurrentes pesadillas sobre la oficina.
Otro hallazgo de Markus Georgi y Michael Schredl, coautores del estudio, fue que en los sueños femeninos aparecen con más frecuencia comida, ropa y situaciones relacionadas con el aspecto y con la niñez, así como la sensación de flotar, sumergirse o de caer por el aire. Por su parte, en los masculinos abundan la violencia y la sexualidad en escenarios exteriores, con armas, herramientas y largas carreteras.
Estos expertos también apreciaron que las diferencias de género surgen a edad temprana. Los niños sueñan más con monstruos y animales grandes, mientras que las niñas lo hacen con seres humanos y criaturas pequeñas. Entre los doce y quince años, ellas padecen más ansiedad por contenidos que les provocan desasosiego.
El otro ensayo, dirigido por Jennifer Parker, de la Universidad del Oeste de Inglaterra, en Bristol, ratificaba que el mundo onírico de ellas es más emocional y familiar, y transcurre en espacios cerrados, al contrario que los sueños de los varones, que suceden al aire libre. Además, a las féminas las envuelven sentimientos más complejos y desagradables, y suelen involucrar en mayor grado a miembros de la familia.
(Disponível em: <http://www.muyinteresante.es/ciencia/preguntas-respuestas/suenan-de-forma-diferente-hombres-y-mujeres- 691412669276>. Acesso em: 7 out. 2014.)
Assinale a alternativa que apresenta, corretamente, o significado da expressão “llevada a cabo” (primeiro parágrafo).
T E X T O
IDENTIFICAN PARTE DEL CEREBRO QUE NOS HACE HUMANOS
Está en la parte delantera del cerebro,
justo por encima de las cejas. Allí
identificaron científicos de la Universidad de
Oxford, en Reino Unido, una región del
[05] cerebro humano única, que no aparece en el
cerebro de nuestros parientes más
cercanos, los monos.
Los investigadores de la universidad
británica compararon para su estudio
[10] tomografías cerebrales de 25 humanos y 25
macacos y observaron un área específica –
generalmente relacionada con los procesos
de toma de decisiones, la capacidad de
hacer varias tareas de forma simultánea y
[15] de anticipar estrategias -, que no está
presente en los cerebros de los monos
analizados.
“Encontramos un área en el cerebro
humano que no está bastante adelante,
[20] justo por encima de las cejas, que no
coincidía con ninguna región del cerebro del
mono, que parecía en el cerebro humano
bastante distintiva y muy diferente de todas
las regiones en el cerebro del mono”,
[25] explica Franz-Xaver Neubert, experto en
psicología experimental y autor del estudio
publicado en la revista especializada
Neuron.
“Toda clase de funciones se han
[30] atribuido a esta región, pero en general creo
que la gente tiende a pensar que puede
estar involucrada en lo que algunos llaman
multitarea (o la capacidad de hacer varias
cosas a la vez)”, dice Neubert. También está
[35] relacionada con la capacidad de planificar, o
de anticiparse a los acontecimientos, algo
que nos permite “tener en mente
estrategias que no estás usando en el
momento pero que puedes usar más tarde”.
[40] Sin embargo, otro de los hallazgos de
este estudio no se basa en lo que diferencia,
sino en lo que nos une. “Una de las cosas
sorprendentes es que encontramos enormes
similitudes en la organización de estas áreas
[45] en el cerebro humano y en de los monos”,
dice Neubert.
“Alguna gente puede pensar que el
lenguaje es una habilidad exclusivamente
humana, por lo tanto debe estar apoyada en
[50] áreas y conexiones que son exclusivamente
humanas. Pero estos resultados sugieren
que ese no es el caso, que quizás las
regiones que están involucradas en el
lenguaje de los humanos hacen algo
[55] diferente en los monos, incluso aunque ellos
no tienen la habilidad del lenguaje”, explica
el investigador.
Por lo tanto, dice Neubert, aunque se
podría pensar que estas zonas del lenguaje
[60] y la flexibilidad cognitiva – que es la
capacidad de cambiar de forma dinámica
entre una tarea y otra – son un desarrollo
absolutamente nuevo en los humanos,
según estos resultados no lo son.
Extraído de www.lanación.com.ar
Apunta la frase gramaticalmente correcta.
T E X T O
IDENTIFICAN PARTE DEL CEREBRO QUE NOS HACE HUMANOS
Está en la parte delantera del cerebro,
justo por encima de las cejas. Allí
identificaron científicos de la Universidad de
Oxford, en Reino Unido, una región del
[05] cerebro humano única, que no aparece en el
cerebro de nuestros parientes más
cercanos, los monos.
Los investigadores de la universidad
británica compararon para su estudio
[10] tomografías cerebrales de 25 humanos y 25
macacos y observaron un área específica –
generalmente relacionada con los procesos
de toma de decisiones, la capacidad de
hacer varias tareas de forma simultánea y
[15] de anticipar estrategias -, que no está
presente en los cerebros de los monos
analizados.
“Encontramos un área en el cerebro
humano que no está bastante adelante,
[20] justo por encima de las cejas, que no
coincidía con ninguna región del cerebro del
mono, que parecía en el cerebro humano
bastante distintiva y muy diferente de todas
las regiones en el cerebro del mono”,
[25] explica Franz-Xaver Neubert, experto en
psicología experimental y autor del estudio
publicado en la revista especializada
Neuron.
“Toda clase de funciones se han
[30] atribuido a esta región, pero en general creo
que la gente tiende a pensar que puede
estar involucrada en lo que algunos llaman
multitarea (o la capacidad de hacer varias
cosas a la vez)”, dice Neubert. También está
[35] relacionada con la capacidad de planificar, o
de anticiparse a los acontecimientos, algo
que nos permite “tener en mente
estrategias que no estás usando en el
momento pero que puedes usar más tarde”.
[40] Sin embargo, otro de los hallazgos de
este estudio no se basa en lo que diferencia,
sino en lo que nos une. “Una de las cosas
sorprendentes es que encontramos enormes
similitudes en la organización de estas áreas
[45] en el cerebro humano y en de los monos”,
dice Neubert.
“Alguna gente puede pensar que el
lenguaje es una habilidad exclusivamente
humana, por lo tanto debe estar apoyada en
[50] áreas y conexiones que son exclusivamente
humanas. Pero estos resultados sugieren
que ese no es el caso, que quizás las
regiones que están involucradas en el
lenguaje de los humanos hacen algo
[55] diferente en los monos, incluso aunque ellos
no tienen la habilidad del lenguaje”, explica
el investigador.
Por lo tanto, dice Neubert, aunque se
podría pensar que estas zonas del lenguaje
[60] y la flexibilidad cognitiva – que es la
capacidad de cambiar de forma dinámica
entre una tarea y otra – son un desarrollo
absolutamente nuevo en los humanos,
según estos resultados no lo son.
Extraído de www.lanación.com.ar
Apunta la palabra bisílaba.
Tras leer el texto, conteste a la pregunta que se ofrecen a continuación
Estrés, ansiedad y agotamiento, tres impactos del teletrabajo en la salud mental
Antes de la pandemia causada por el nuevo coronavirus, el
teletrabajo parecía para muchas empresas como un bono
de calidad de vida para los empleados. Ahora se ha
convertido, para ciertos trabajadores, en un castigo más
[5] que en un premio.
Muchas personas están sufriendo estrés y ansiedad
durante las cuarentenas impuestas para frenar la
pandemia, acompañadas de síntomas físicos como
insomnio, pérdida de apetito, vómito, mal genio,
[10] irritabilidad y cambios bruscos en el estado del ánimo.
La psiquiatra Victoria Pérez Restrepo explica que otro de
los problemas que afecta emocionalmente a las personas
es que los horarios han cambiado y no se están respetando
los patrones del sueño. A muchos empleados les coordinan
[15] reuniones al mediodía, que afectan la hora del almuerzo
en familia. A otros los convocan a las 8:00 o 9:00 de la
noche para trabajar porque muchos jefes consideran
equivocadamente que, al tenerlos disponibles en sus casas,
sus subalternos pueden trabajar a cualquier hora del día.
[20] No tener horarios establecidos para comer ni para
trabajar, ni dormir, genera cansancio y estrés. De hecho, lo
que más reportan los pacientes de Pérez es un
agotamiento por la falta de límites entre la vida privada y
el trabajo.
[25] Esto está muy relacionado con que, en muchos países, el
teletrabajo no era común y no está regulado, con lo cual ni
las empresas ni los jefes tenían claro antes de la pandemia
cómo era trabajar desde la casa y fuera de la oficina. La
pandemia lo convirtió en obligatorio y no todo el mundo
[30] estaba preparado para ello.
Esto es aún más difícil para las familias con hijos
pequeños que siguen en clases virtuales porque los padres
han tenido que convertirse en profesores y, además de
atender la oficina y el arreglo de la casa, también han
[35] tenido que hacerse responsables de la educación de sus
hijos.
Marcelo Cabrol, gerente del sector social del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) señaló a este medio
que en los estudios del banco han encontrado que en
[40] América Latina quien se está haciendo cargo de la
educación de los hijos y de sus responsabilidades con los
colegios ahora con la educación virtual son las mujeres,
por lo que ellas asumen todavía más cargas en esta
pandemia.
[45] Las psiquiatras consultadas explican que una manera de
paliar los problemas del teletrabajo es iniciar el día como si
se saliera de la casa para ir a trabajar y evitar quedarse en
la ropa cómoda o trabajar desde la cama, además de
procurar mantener las rutinas de alimentación, que no se
[50] pierda el horario para almorzar y para desayunar.
También recomiendan hacer ejercicio. Es muy importante
hacer alguna actividad física porque esto hace descansar,
relaja y genera bienestar.
Por último, Pérez recomienda a las personas que se cuiden
[55] mucho del alcohol, pues existe un riesgo alto de que se
consuma más para sentirse relajado y buscar bienestar. En
el largo plazo, dice la experta, este hábito afectará el
estado de ánimo y los ritmos de sueño del cuerpo.
Todo esto, mientras se desarrollan soluciones estructurales
[60] que regulen el teletrabajo para garantizar el respeto a los
derechos laborales de los empleados.
Juanita y María Ángela tratan de lidiar con sus angustias y
pensar en lo bueno del teletrabajo. Para la primera, no
manejar tantas horas y comer más sano pues prepara sus
[65] alimentos en la casa, y para la segunda, poder acompañar
a su hermana que vive en el mismo edificio y está en muy
malas condiciones de salud. “Mi situación familiar es muy
difícil, pero lo que me ha generado más estrés es esa
plataforma y yo no soy una millenial, yo no tengo ese chip
[70] de la tecnología”, dice.
A diferencia de ellas dos, Felipe Jaramillo es un consultor
financiero que desde hace muchos años trabaja desde su
casa, tiene un espacio físico para ello, y no ha sentido
cambios por la pandemia, pero tiene claro que el
[75] teletrabajo no es para todas las personas y que existen
aquellas que necesitan estar en una oficina, tener contacto
con los demás y separar su casa del trabajo.
Catalina Gallo, en: https://www.france24.com/es, el 15/01/2021.
“No todo el mundo estaba preparado para ello...” (l. 29/ 30).
El fragmento al que el vocablo ello hace referencia es
Lucía
Brooklyn
A fines de diciembre de 2015 el invierno ____ se hacía esperar. Llegó la Navidad con su fastidio
de campanillas y la gente seguía en manga corta y sandalias, unos celebrando ese despiste de las
estaciones y otros temerosos del calentamiento global, ____ por las ventanas asomaban árboles artificiales
salpicados de escarcha plateada, creando confusión en las ardillas y los pájaros. Tres semanas después
[05] del Año Nuevo, cuando ya nadie pensaba en el retraso del calendario, la naturaleza despertó de pronto
sacudiéndose de la modorra otoñal y dejó caer la peor tormenta de nieve de la memoria colectiva.
En un sótano de Prospect Heights, una covacha de cemento y ladrillos, con un cerro de nieve en la
entrada, Lucía Maraz maldecía el frío. Tenía el carácter estoico de inundaciones, tsunamis ocasionales
y cataclismos políticos; si ninguna desgracia ocurría en un plazo prudente, se preocupaba. ____, nada
[10] la había preparado para ese invierno siberiano llegado a Brooklyn por error. Las tormentas chilenas
se limitan a la cordillera de los Andes y el sur profundo, en Tierra del Fuego, donde el continente se
desgrana en islas heridas a cuchilladas por el viento austral, el hielo parte los huesos y la vida es dura.
Lucía era de Santiago, con su fama inmerecida de clima benigno, donde el invierno es húmedo y frío y el
verano es seco y ardiente. La ciudad está encajonada entre montañas moradas, que a veces amanecen
[15] nevadas; entonces la luz más pura del mundo se refleja en esos picos de cegadora blancura. En muy
raras ocasiones cae sobre la ciudad un polvillo triste y pálido, como ceniza, que no alcanza a blanquear el
paisaje urbano antes de deshacerse en barro sucio. La nieve es siempre prístina desde lejos.
En su tabuco de Brooklyn, a un metro bajo el nivel de la calle y con mala calefacción, la nieve era
una pesadilla. Los vidrios escarchados impedían el paso de luz por las pequeñas ventanas y en el interior
[20] reinaba una penumbra apenas atenuada por las bombillas desnudas que colgaban del techo. La vivienda
contaba solo con lo esencial, una mezcolanza de muebles destartalados de segunda o tercera mano y
unos cuantos cacharros de cocina. Al dueño, Richard Bowmaster, no le interesaban ni la decoración ni la
comodidad.
Esa noche, mientras el viento rugía afuera arrastrando remolinos de nieve y colándose insolente
[25] por las rendijas, sintió el miedo visceral de la infancia. Se sabía segura en su cueva; su temor a los
elementos era absurdo, no había razón para molestar a Richard, excepto porque era la única persona a
quien podía acudir en esas circunstancias, ya que vivía en el piso de arriba. A las nueve de la noche cedió
a la necesidad de oír una voz humana y lo llamó.
– ¿Qué estás haciendo? – le preguntó, procurando disimular su aprensión.
[30] – Tocando el piano. ¿Te molesta el ruido?
– No oigo tu piano, lo único que se oye aquí abajo es el estrépito del fin del mundo. ¿Esto es normal aquí, en Brooklyn?
– De vez en cuando en invierno hace mal tiempo, Lucía.
– Tengo miedo.
[35] –¿De qué?
– Miedo sin más, nada específico. Supongo que sería estúpido pedirte que vengas a hacerme compañía un rato. Hice una cazuela, es una sopa chilena.
–¿Vegetariana?
– No. Bueno, no importa, Richard. Buenas noches.
[40] – Buenas noches.
Se tomó un trago de pisco y metió la cabeza bajo la almohada. Durmió mal, despertando cada
media hora con el mismo sueño fragmentado de haber naufragado en una sustancia densa y agria como
yogur. El sábado la tempestad había seguido su trayecto enardecido en dirección al Atlántico, pero en
Brooklyn seguía el mal tiempo, frío y nieve, y Lucía no quiso salir, porque muchas calles todavía estaban
[45] bloqueadas, aunque la tarea de despejarlas había comenzado al amanecer. Tendría muchas horas para
leer y preparar sus clases de la semana entrante.
ALLENDE, Isabel. Más allá del invierno. Barcelona: Plaza & Janes, 2017. p. 1-2. (Parcial e adaptado)
Assinale a alternativa que completa, correta e respectivamente, as lacunas no texto nas linhas 1, 3 e 9.
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