Momentos insólitos de la Copa América
[1] La primera Copa América se realizó en
1916 para celebrar el centenario de la
independencia de Argentina. Resulta que en
ese entonces el fútbol era un deporte no
[5] profesional y si bien el país anfitrión había
elegido a sus 11 representantes, uno debió
ausentarse a último momento por un viaje
laboral impostergable. En esa época no
existían los cambios: todos los jugadores
[10] debían disputar el partido entero. Por eso, no
se convocaba a suplentes. Tampoco había
tarjetas amarillas o rojas. Con solo 10
jugadores, y faltando poco para que
comenzara el encuentro contra Brasil,
[15] Argentina estuvo al borde de declararse
afuera. Se eximió de un bochorno por poco.
Uno de los jugadores argentinos reconoció
entre el público que colmaba las gradas del
estadio a José Laguna, futbolista del club
[20] Huracán. Convocado de urgencia, Laguna
aceptó ser parte del encuentro y de hecho
resultó providencial. El partido terminó 1 a 1.
Tras el primer torneo en Buenos Aires y el
segundo, al año siguiente, en Montevideo –
[25] ambos ganados por Uruguay –, era el turno de
Río de Janeiro para ser anfitrión. Una
epidemia de gripe postergó el encuentro en
1918, que finalmente se jugó en 1919. La
sede brasileña fue un desafío especialmente
[30] grande para los chilenos, que venían de más
lejos. Debieron viajar en tren hasta Argentina
y desde Buenos Aires tomaron un barco con
la selección celeste y blanca hasta la ciudad
carioca. El problema, sin embargo, se dio a la
[35] vuelta del torneo, que ganó por primera vez
Brasil. Una tormenta de nieve cerró el cruce a
través de los Andes, dejando a los jugadores
chilenos varados en la ciudad argentina de
Mendoza, en la frontera con su país. Sin
[40] recursos para alojarse allí – los futbolistas
costeaban el viaje de sus propios bolsillos –,
tomaron la decisión de hacer el cruce en
mula. Tardaron dos semanas, pero llegaron
sanos y salvos a Santiago, 40 días después de
[45] haber partido de Río. Sin duda alguna que los
chilenos tenían pocos motivos felices para
recordar ese Campeonato: además del
infernal viaje, salieron últimos.
La Copa América también marcó algunas
[50] efemérides que sus protagonistas preferirían
olvidar en nombre de sus países. Tal es el
caso del jugador argentino Martín Palermo,
quien en 1999 logró la dudosa hazaña de
errar tres penales en un solo partido. Como
[55] premio de consuelo, Palermo terminó el
torneo, que ganó Brasil, como el máximo
goleador argentino, con tres tantos.
Adaptado de: . Acesso em: 25 set. 2015.
A palavra allí (l. 40) refere-se a