Poco después apareció en casa de Elisenda Morales, arrastrando su cansancio y las contrariedades de un largo dia que habia dejado su ánimo en ruinas. A pesar de todo, supo resistirlo, y cuando ella le ofreció una copa de mistela, abandonó su asiento para ir hasta la tienda en busca de algo más estimulante.
Allí, en el corredor de la casa, en taburetes separados, recibieron los primeros cálidos soplos de la noche. Con su habitual entereza, Elisenda entró a conectar la luz de la sala, sofocando parte de su reflejo, mientras comentaba que asi estarian mejor. Al menos, pensó el tio Camarillo, no habia sacado la lâmpara como otras veces, ni le habia entregado alguno de sus álbumes, y parecia en cambio decidida a mantener en ascuas al vecindario. Aquélia fue la primera vez que en mucho tiempo dejaron de lado el. tema de las rentas, para entrar con pies de plomo en el espinoso terreno de las confidencias.
SANCHEZ. H El héroe de la familia Bogotá: Tercer Mundo. 1988
No texto, no qual é narrada a visita à casa de uma personagem, a expressão “entrar con pies de plomo” é utilizada para se referir ao(à)